En este cuarto bloque hemos tratado las formas de comunicación literaria que hay para contar un cuento en infantil.
Hasta los 8 años los niños no son capaces de leer un libro por si mismos, por lo que somos los adultos los que tenemos que adentrar a los niños en el maravilloso mundo de la Literatura Infantil; cuando ellos cogen un libro, ven las imágenes, etc ya están disfrutando, aunque no sepan leer. Pero como hemos dicho desde la asignatura de DHL del año pasado no hay que forzarles, el momento de la lectura debe ser sinónimo de disfrute para ellos.
La primera vez que contamos un cuento debe de ser como un regalo que les ofrecemos, el momento más mágico del día, sin objetivos pedagógicos, solo para que experimenten una sensación placentera.
Los niños no entienden toda la historia la primera vez que la escuchan, por esto te piden una y otra vez que se le vuelvas a leer el cuento. Para que un niño se quede con la gran mayoría de los detalles hay que leerle el cuento varias veces. Y si se quiere trabajar la comprensión, habrá que esperar por lo menos a la tercera o cuarta lectura.
Pero... ¿para qué estropear el momento mágico de disfrutar leyendo un cuento con preguntas objetivas? Si se hacen, deben ser subjetivas, por ejemplo “¿os ha gustado el cuento?”
Es muy importante que dejemos a los niños que piensen las cosas por ellos mismos y no anticiparnos, porque estamos intentando que sean autónomos y que construyan su propio aprendizaje. Con esto me refiero a que no se les debe explicar el cuento una vez leído, deben ser ellos mismos lo que saquen sus propias conclusiones de lo que han escuchado.
Las estrategias que hay para contar cuentos son las siguientes:
- Cuentacuentos: la persona que lo hace tiene que narrar la historia sin tener el libro, porque así trabajamos la imaginación y la curiosidad, permitiendo la interacción con los niños.
- Lectura: se trata de la lectura literal del texto, sin cambiar nada de lo que sucede en la historia. En esta estrategia se pueden usar las imágenes del libro de dos maneras distintas: una es enseñando las imágenes al acabar una página (pero se suelen distraer y se van de la historia) y la otra es enseñarlas al acabar la historia. En ambos casos se trabaja la paciencia, puesto que tienen que esperar a ver las imágenes.
- Narración con libro: consiste en narrar la historia sin leerla y enseñar las imágenes al mismo tiempo que se cuenta la historia. Se puede interactuar durante la historia y no tiene por qué contarse al pie de la letra, simplemente contarla de tal manera que los niños puedan seguir tanto lo que decimos (el cuento) como las imágenes. Esta estrategia es ideal para el primer ciclo de Educación Infantil.
- Narración dramatizada: deriva del cuenta cuentos y de la narración con libro. Se trata de narrar la historia a la vez que hacemos gestos e interactuamos con los niños. Como los niños tienen que hacer los gestos que nosotros hacemos, se meten más en el papel y se identifican más con el personaje.
- Declamación: se trata de recitar un poema de forma expresiva. Pero sin poner tonos raros, de forma clara y despacio.
Después de ver estas estrategias hay que decir que tenemos que estar pendientes de la expresividad, no hay que pasarse. Con el cambio de voz en los personajes, se recomienda hacer en todas las estrategias menos en la lectura; pero procurando que entonces no haya más de tres personajes, porque la voz del ser humano no tiene muchos más registros y los niños se darían cuenta de que todos los personajes tienen la misma voz.
Aunque ha sido un tema muy cortito, ha sido de gran aprendizaje. Considero de vital importancia saber dominar las estrategias que antes he comentado y es por eso, que el taller de comunicación literaria que realizamos en grupos en la clase sirvió de mucho porque cada uno hicimos un tipo de estrategia y vimos como eran las demás cuando nosotros éramos los oyentes de los cuentos; así fue mucho más fácil aprenderlas, llevándolas a la práctica.
Algunas yo las había hecho ya en las prácticas del año pasado, pero quizá sin esos matices que hemos aprendido ni con algunos fallos, que yo creo que mezclaba una estrategia con otra... Y creo que aún así, me salía casi sin saber mejor con los niños, que con las compañeras. Supongo que te da menos vergüenza cuando estas con ellos en corro y todos expectantes deseando oír tu historia.
Pero creo que se utilice la estrategia que se utilice, creo que es una satisfacción enorme el poder tener a un montón de pequeñas personitas pendientes de lo que estás contando y que todos disfrutemos juntos de ese momento que es el de la literatura.
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